Llegamos a Sarria con unas cuantas horas de retraso que sirvieron para que en el Bosque estrenásemos nuestra primera sesión sin laptop, con los electribes a todo trapo esposados hasta el fin de su secuencia.
Pese a la demora pudimos probar sonido, cenar, hacer sobremesa y tomar unos aperitivos antes del concierto para ir entrando en calor.
El backstage del Bosque es una buhardilla super acogedora, con un inmenso sofá rinconera, en donde las copas y las conversaciones (con Pichi, Diego, Raquel...) saben a chicle de fresa ácida. Allí pasamos la mayor parte de la noche una vez finalizado el concierto.


FOTOS: Raquel Negreira




